viernes, 7 de octubre de 2011

Todo lo que hago, lo hago por ti

Y verle. Verle con esa sonrisa tan bonita de su boca, y con esos ojos oscuros pero a la vez tan preciosos. Con ese color canela de su piel, y su pelo castaño. Ver como poco a poco su sonrisa se va haciendo más grande porque tu estás con él, y mirárle a los ojos. Mirarle fijamente hasta pensar que se te ha ido el mundo de tus manos y que estás flotando junto a él. Y pensar que te gusta, mucho, y que tu a él también, pero que te falta el valor. Ese valor para acercarte a él y decirselo todo. Que te gusta, que cuando estás con él te bloqueas y no puedes decirle nada, pero que con las miradas ya es bastante. Decirle que los fines de semana se hacen eternos porque no lo ves, y que quieres escuchar su voz antes de otro sonido que haya en el mundo.

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